De manera preocupante ha comenzado a proliferar entre distintas Asociaciones de Estudiantes Universitarios (AEU), la pintoresca figura de la “Colaboración Obligatoria” que no es otra cosa que el intento forzado de disfrazar el cobro de pasaje en las unidades verdes propiedad de la UC; para estas AEU colaborar dejó de ser un acto voluntario y ajustado a las posibilidades del potencial colaborador y pasó a convertirse en la obligación de cancelar un monto determinado de antemano por ellos para poder utilizar una unidad de transporte que le pertenece a una Universidad pública, como lo es la UC.
Causa alarma observar como estas AEU, cuya legitimidad y carácter institucional proviene del voto de los estudiantes universitarios; compañeros de clase y de estudios, quienes les eligen para velar por sus intereses, luchar por sus beneficios y mantener sus reivindicaciones estudiantiles olvidan el mandato recibido y se convierten en sus primeros ofensores al imponerles pagar pasaje en unos autobuses cuya razón de ser es prestar un servicio gratuito en una universidad de carácter público mantenida con los dineros del Estado.
Nos preguntamos: ¿Qué sucede con aquellos bachilleres que no pueden cancelar la colaboración obligatoria? ¿No pueden utilizar los autobuses que por derecho la UC ha puesto a su disposición? ¿Comparten las autoridades esta pseudo privatización que están llevando a cabo algunas directivas de distintas AEU por el solo afán de lucro?
Es impostergable hacer un llamado a todas aquellas AEU honestas y responsables así como a toda la comunidad estudiantil universitaria que está siendo afectada por esta situación, a repudiarla, denunciarla y someter a revisión a esas Asociaciones de Estudiantes Universitarios que han perdido el rumbo.
Es necesario tomar conciencia de nuestros derechos y comenzar a acabar con este tipo de atropellos para hacer posible la UC que queremos.
Causa alarma observar como estas AEU, cuya legitimidad y carácter institucional proviene del voto de los estudiantes universitarios; compañeros de clase y de estudios, quienes les eligen para velar por sus intereses, luchar por sus beneficios y mantener sus reivindicaciones estudiantiles olvidan el mandato recibido y se convierten en sus primeros ofensores al imponerles pagar pasaje en unos autobuses cuya razón de ser es prestar un servicio gratuito en una universidad de carácter público mantenida con los dineros del Estado.
Nos preguntamos: ¿Qué sucede con aquellos bachilleres que no pueden cancelar la colaboración obligatoria? ¿No pueden utilizar los autobuses que por derecho la UC ha puesto a su disposición? ¿Comparten las autoridades esta pseudo privatización que están llevando a cabo algunas directivas de distintas AEU por el solo afán de lucro?
Es impostergable hacer un llamado a todas aquellas AEU honestas y responsables así como a toda la comunidad estudiantil universitaria que está siendo afectada por esta situación, a repudiarla, denunciarla y someter a revisión a esas Asociaciones de Estudiantes Universitarios que han perdido el rumbo.
Es necesario tomar conciencia de nuestros derechos y comenzar a acabar con este tipo de atropellos para hacer posible la UC que queremos.