lunes, 21 de enero de 2008

La inmoralidad de los transportistas

El pasado fin de semana estalló un conflicto largamente pospuesto en el tiempo. Un sector de jóvenes universitarios sirvió de válvula de escape a la continua indignación e impotencia que como pan de cada día los señores del transporte público vienen propinándole al estudiantado carabobeño.

Es así, como deben entenderse las acciones tomadas por los caratapadas durante el jueves y viernes pasados en las inmediaciones del Arco de Bárbula, que sirve de acceso a la Universidad de Carabobo, quienes al secuestrar y quemar varias unidades de transporte público terminaron dando rienda suelta al monstruo que los choferes y sus colectores se encargaron de crear y alimentar todos los días, abuso tras abuso y atropello tras atropello.

Para nadie que sea usuario del transporte público en este estado Carabobo es un secreto que este sector carece de regulaciones, pues las autoridades, quizá sintiéndose incompetentes, se hacen de la vista gorda al respecto. De esta manera, raya en la humillación utilizar este servicio, sobre todo si cargas sobre ti el pecado de ser estudiante y gozar de pasaje preferencial; cuando así sucede, el estudiante es vejado, menospreciado y ofendido concientemente por el simple acto de pagar su pasaje... No importa la edad, ni el sexo, desde niños hasta jóvenes mujeres deben sufrir las arremetidas odio y desprecio que les tienen reservados los conductores y sus colectores.

Los hechos son ciertos, aquí no hace falta mentir... En las mañanas los escolares son dejados en las distintas paradas sin nigún tipo de remordimientos, los universitarios son insultados y muchas veces bajados de las unidades, el ticket del pasaje estudiantil es roto y echado sobre los muchachos cuando pagan con el, a los ancianos tambien los dejan en las paradas, al usuario le están cobrando mil bolívares de pasaje cuando este todavía está en 800 Bs y si alguien pide sus 200 Bs de vuelta sencillamente lo mínimo que recibirá será el calificativo de "muerto de hambre", pero nunca el dinero...

Los hechos, son ciertos, no hace falta mentir.

Son esta serie de elementos los que sirvieron de detonante a las protestas de jueves y viernes, es por esa razón y otras que el fuego sirvió de llamado de atención a unas autoridades que saben que todo esto sucede, pero que prefieren no involucrarse en soluciones en medio de la misma anarquía que consintieron, por omisión, en aceptar. Esa y no otras son las verdaderas razones de este conflicto. Agravado luego de que los mismos trasportistas en retaliación incursionaran en la Ciudad Universitaria y en venganza quemaran tres unidades de ruta estudiantil, especificamente los transportes de Guacara, Miranda y ruta Centro.

Después de esto, ellos estaban muy al corriente de que la mesa estaba servida para que nada terminara ahí y que los estudiantes saldrían por la revancha, entonces salen hoy lunes, primero con un paro parcial de transporte que afecta solo las rutas que de una u otra manera pasan por o cerca de la Universidad. "Temen perder más unidades" es la versión de los dirigentes de los transportistas y piden protección de la Guardia Nacional, cuerpo armado que salió muy veloz a prestar la protección solicitada por cierto, y luego convocan una reunión entre ellos y la representación oficial estudiantil para solventar el asunto... Lamentablemente, lo único que les interesa es evitar la quema de nuevas unidades, no hacen concesiones reales. No reconocen que la Ley del más fuerte que día a día le aplican a la comunidad carabobeña, a sus usuarios y clientes, debe cesar. No reconocen que deben dejar ellos de comportarse como bravucones de barrio. No reconocen que ya es hora de comenzar a respetar al pasajero, comenzando por sus sagrados derechos.

Salen únicamente a cacarear por protección, a venderse como víctimas e inocentes palomitas, a pretender que no está pasando nada. Estos señores son sencillamente unos inmorales, y desde mi particular punto de vista no tienen derecho a empezar a jugar con la opinión pública de esa manera.

Existe un problema de inmensas dimensiones y debe ser tratado con la seriedad que demandan las circunstancias reales y ello pasa necesariamente por reconocer y rectificar... Caso contrario sería permitir que se mantengan los vicios que hasta acá nos trajeron.

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